
Manual de la vida
Kabbalah
Para una buena relación matrimonial
Lo primero que necesitamo es reconocer que la vida es mucho mejor de a dos que solos, para ello debemos apreciar a quien tenemos junto a nosotros.
En primer lugar es importante conocer que el marco de la Pareja marital no se trata de vivir en luna de miel eterna, es lindo buscar los momentos para compartir y disfrutar juntos, aunque lo importante es saber que el estado de enamoramiento solo dura los 2 primeros años y el amor va a ir creciendo mientras juntos se enfrentan los desafio de la vida, sintiendo que el otro es el compañero/compañera, el apoyo. Pese a esto el matrimonio trae conflictos y desacuerdos. Para enfrentar los conflictos matrimoniales de mejor manera, es de suma importancia comprender cómo funciona la dinámica de estos.
En la práctica, cada vez que hay un conflicto en la pareja, ya sea grande o pequeño, tanto el hombre como la mujer suelen asumir que la culpa es del otro. Sin embargo, la existencia misma del conflicto es una muestra de que en realidad la responsabilidad es de ambos: si tan sólo uno de los integrantes de la pareja tuviera sus características de personalidad refinadas y perfeccionadas, entonces nunca habría conflictos, ¡incluso si el otro no tuviera sus características de personalidad en buen estado!
Por ejemplo, imagina que hay una discusión en la que ni el hombre ni la mujer se involucran emocionalmente. A pesar de que habría dos visiones opuestas, no se generaría ningún conflicto pues no habría un involucramiento emocional. Uno de los lados opinaría A, el otro opinaría B, y ambos tendrían que resolver de una u otra manera qué hacer. Así ¡No habría ningún conflicto! Sería netamente una conversación intelectual con dos puntos de vista en búsqueda de una solución común o de un acuerdo.
Las peleas se desatan cuando hay un involucramiento emocional de las partes. Y lo que nos une a la pareja es el sentimiento que existe y de alguna forma el otro le importa, por ello desea que este de acuerdo, esto suena contradictorio.
Lo interesante es comprende de que cuando se genera un involucramiento emocional de las partes es que se desata un conflicto. Por ejemplo, cuando en la discusión intelectual que mencionamos anteriormente, uno de los lados se siente herido o pasado a llevar y le dice al otro: "Claro, tú estás diciendo eso porque crees que...". Lo que ocurre que en el marco matrimonial el corazón esta abierto a la otra persona.
lo primero que debemos conocer es que el hombre y la mujer ven desde perspectivas muy diferentes. Pues el hombre busca el "Que" y la mujer el "Quien". El hombre es practico y la mujer sensitiva. El hombre se ira al objeto, la mujer al sujeto.
La dificultad mayor es que el hombre fue creado del polvo, por ende la discución la olviadra al rato, en cambio la mujer fue creada de hueso, lo que le hace al quedar herida recoralo.
La única forma de evitar todas las peleas del matrimonio pareciera ser perfeccionando nuestras características de personalidad, lo cual requiere de mucho tiempo y esfuerzo. ¿Realmente es esa la única solución?
Una solución temporal
Pese a que lo ideal sería perfeccionar nuestras características de personalidad de forma que no se generen más conflictos, existe una solución temporal que —mientras trabajamos nuestras características de personalidad— puede ayudarnos a evitar tener peleas en el matrimonio.
Basta con que uno de los dos logre mantener su mente “fría”, que logre pensar racionalmente qué es lo mejor que puede decir o hacer para calmar la situación, para que la discusión no se convierta en una explosión. Y la anticipación y preparación son claves para esto.
Una reacción que proviene de una característica de personalidad desequilibrada es, por definición, una reacción ilógica en la situación. No es más que un impulso que nos lleva a decir o hacer algo que no es correcto o que empeora las cosas. Que despues nos podemo arrepentir. Si distinguimos una debilidad en nuestro carácter o en el de nuestra pareja, entonces debemos o bien evitar las situaciones que nos exponen a ella o bien prepararnos mentalmente para reaccionar de la mejor manera posible.
Podemos entrenarnos para que nuestra reacción no sea tan impulsiva. Podemos prepararnos para que en el momento de la verdad tengamos la fuerza para rechazar el placer inmediato, o la tentación de ganar y apostar por el placer futuro, para que tengamos la fuerza de evitar que nuestras malas características de personalidad se expresen y nos causen problemas en la vida matrimonial.
Con esto no estaremos corrigendo la característica de personalidad, sino que tan sólo la estaremos evitando. Pero mientras realizamos el difícil y lento trabajo de corregir nuestras características de personalidad en forma definitiva, es fundamental que nos preparemos para las eventuales situaciones que tendremos que enfrentar.
Es importante saber que lo que nos llevara a reaccionar esta señalandonos un apecto negativo en nosotros que tenemos que corregir. Pues lo que nos molesta del otro es solo el espejo de lo que tenemos que corregir de nuestra propia personalidad.